Lo que sientes cuando hablas define lo que logras

Apr 21, 2025
 

Por eso necesitas aprender a manejarlo 

El impacto de las emociones en la comunicación

Revisemos uno de los argumentos que nos demuestra que hablar no es solo transmitir información, de hecho este me gusta mucho porque nos recuerda que comunicar equivale a conectar, influir y generar impacto. Y en ese proceso, hay un factor que lo atraviesa todo: las queridas emociones.

Si alguna vez te has sentido abrumado en medio de una conversación importante, si un comentario te ha sacado de tus casillas, es posible que te haya pasado también al leer un mensaje o si, en el peor de los casos, has perdido oportunidades por no saber manejar lo que sentías en el momento, esto te interesa. La gestión emocional en la comunicación no es un lujo, es una necesidad.

 

Lo que sientes cambia lo que dices (cómo te ven y cómo te escuchan)

Las emociones no son invisibles, se filtran en el tono de voz, en la postura, en los silencios que dejamos entre palabras. Esto nos conduce a entender que la comunicación consciente no es solo lo que dices, sino lo que causas en el otro. Y esa provocación está determinada en gran medida por el estado emocional desde el que hablas, escribes y compartes.

Veamos en la cotidianidad: En un entorno laboral, un líder con alta presión puede sonar agresivo cuando en realidad solo quiere ser eficiente. Un colaborador ansioso llega a interpretar una pregunta neutra como un cuestionamiento a su trabajo.

Me gustaría que hicieras un ejercicio: Reflexiona sobre tu última conversación importante. ¿Tu tono reflejó lo que realmente querías decir? Si no viene rápidamente a tu memoria un caso propio solo observa, seguro encontrarás en otras interacciones lo que necesitamos para hacer este ejercicio. 

 

La trampa de las emociones descontroladas en la comunicación

El problema no son las emociones, el riesgo es no reconocerlas y dejar que dominen la conversación sin filtro o aún más grave intentar negarlas u ocultarlas. Veamos algunos ejemplos:

El miedo: Hace que endurezcas tu discurso o que te calles cuando deberías hablar, vamos a imaginar esta situación: Tienes una postura diferente a la que plantea una persona con mayor jerarquía respecto a un tema muy sensible. Coinciden en un espacio, con un grupo amplio de colegas, en donde por responsabilidad debes plantear tu perspectiva.

Sabes que hacerlo puede despertar confrontación y evidenciar tu desacuerdo, ahí aparece el miedo acompañado de más emociones, como esas que nos gritan que no podemos vernos débiles al exponer las ideas. 

Tu cerebro da vueltas y se deja envolver por el mar de pensamientos, imaginarios y por nuestras amigas. Sin pensarlo más, compartes tu postura con un tono de voz y unas palabras que no son las que elegirías en otra situación.

Se termina el infernal espacio y un par de colegas se acercan a preguntarte las razones por las cuales estabas - alterado -. En ese momento te das cuenta cuánto pesó la emoción VS la expectativa.  

Ahora vas a hacer el ejercicio con otra amiga, la ira: Te doy una pista, convierte una afirmación en un ataque y cerrar puertas en lugar de abrirlas. Si sientes que es muy parecido al anterior anímate a explorar otras opciones como la frustración  y te doy una pista: se filtra en la voz, se llena de expresiones vacías, se ve en los gestos, en la impaciencia y debilita el mensaje.

Recomendación: Previo a cualquier interacción importante, identifica qué estás sintiendo. ¿Desde dónde comunicas? A veces, una pausa de cinco segundos antes de hablar cambia por completo el resultado.

Avanza en la lectura para que veas lo que ocurre en los espacios en donde interviene la ConCiencia. 

 

ConCiencia Vs inteligencia emocional: Tu mejor herramienta para comunicar bajo presión

La ConCiencia emocional en la comunicación no es “controlar lo que sientes”, considero que se necesitan cientos de años de prácticas, estudios e investigación de uno mismo para medianamente acercarse a su control y por eso  te propongo un atajo: entenderlas y gestionarlas a tu favor. Así como lo intuyes : se trata de usar tus emociones como una ventaja, no como un obstáculo.

  1. Empieza por regular tu estado emocional antes de hablar. Si es necesario calmarte, respira profundo adelante. Si requieres energizarte, ajusta tu postura, vamos por ello. Es clave que veas que la forma en que te sientes impacta directamente en la manera en que te expresas.
  2. Luego disponte para que puedas escuchar más allá de las palabras. Lo que la otra persona siente es tan importante como lo que dice, sin duda la empatía transforma la calidad de la conversación.
  3. Anímate a formular preguntas en lugar de reaccionar. En vez de responder a la defensiva, plantea: “¿A qué te refieres con esto?” o “¿Cuál es tu preocupación principal?” Eso te da tiempo para procesar y evitar una reacción impulsiva.

Estas tres acciones te van a ayudar a sintonizar de la manera correcta y voy a sumar una más con el compromiso de que no vas a actuar por impulso (eso podría ser fatal): Durante una conversación tensa, identifica la emoción del otro y nómbrala: “Siento que esto es importante para ti”, “Parece que te preocupa”. Hacerlo baja la tensión y mejora la comprensión. Pero te dejo una advertencia para que puedas leer correctamente el contexto necesitas quitar juicios, prejuicios, calificaciones y clasificaciones, sé que no es fácil, pero nadie dijo que lo fuera. 

 

Gestionar emociones en situaciones de alta presión: 3 estrategias 

La pausa oportuna
No respondas de inmediato cuando una conversación se torna intensa. Un respiro antes de hablar te da el control de la situación. Si no lo has intentado o consideras que no tienes claro cómo hacerlo, escribí esto para ti hace unos días: https://www.concienciadecomunicacion.com/blog/el-poder-del-espacio-vacio 

Reformula antes de reaccionar
Si algo te generó malestar, en lugar de contestar en caliente, revisa y ajusta lo que escuchaste y valida: “Si entiendo bien, lo que estás diciendo es…” Esto aclara intenciones y evita malentendidos.

Cierra con intención
Terminar bien una conversación marca la diferencia. No dejes un cierre al azar. Pregunta: “¿Estamos en la misma página?”, o “¿Hay algo que te gustaría aclarar antes de terminar?”. Tengo un recurso para ayudarte en esta tarea: https://www.concienciadecomunicacion.com/blog/en-este-caso-no-aplica-lo-de-dejar-la-puerta-abierta 

Pon a prueba estos tres puntos y observa cómo cambia la dinámica.

Quiero que revises este caso y veas que todo lo que has visto hasta ahora se transforma en comunicación poderosa, seguro te va a animar a probar:

 

Un ejemplo para pasar de la incertidumbre al control

Una directiva en una empresa de retail, enfrentaba una situación desafiante. Tenía que liderar una reunión con su equipo para anunciar el cambio de un modelo que llevaba muy poco en implementación, una transformación a la que se le había invertido mucho tiempo y esfuerzo a pesar del desacuerdo argumentado de varios integrantes de la organización.

Ella sabía que la noticia generaría tensión, posibles reacciones emocionales y seguro varios "te lo dije". Ella misma se sentía vulnerable y temía perder el control del mensaje.

En el momento en el que recibió el reto nos buscó, llegó a Think & Talk con un primer impulso de preparar un ejercicio de comunicación 100% racional, lleno de datos y justificativos, buscando minimizar la incertidumbre.

Sin embargo, empezamos a analizar el posible impacto y lo que realmente sentía, logramos controlar esa voz interna que suele ser terrorista y la condujimos a emplear el camino de conciencia emocional hasta ayudarla a elegir una ruta distinta. Te comparto brevemente lo que hicimos:

  1. Reconocer su propio estado emocional
    Antes de preparar cualquier recurso, mensaje, o reunión la ayudamos a identificar con serenidad su propia ansiedad y a partir de ahí trabajamos para mostrarle cómo regularla con múltiples recursos que incluyen desde luego la respiración profunda. Sabía que, si hablaba desde el miedo, la culpa, o desde cualquier otro punto diferente a la certeza de la necesidad de hacerlo, su equipo lo percibiría.
  2. Conectar antes de informar
    En lugar de comenzar con un anuncio directo, la ayudamos a iniciar las conversaciones validando las emociones de su equipo, en espacios grupales e individuales y se volvió una experta empleando aperturas como esta: "Entiendo que este es un contexto de incertidumbre y que hay muchas preguntas. Yo también las tuve cuando conocí la situación. Hablemos abiertamente."
  3. Reformular e indagar antes de reaccionar
    Cómo era de esperarse, en el proceso surgieron objeciones desafiantes, para estás la preparamos y en lugar de responder a la defensiva, aprendió a reformular la preocupación con respuestas así:  "Lo que entiendo es que te preocupa el impacto en las operaciones diarias. ¿Estoy en lo correcto?" Esto ayudó a bajar la tensión y a mantener la conversación enfocada en soluciones y también le permitió cambiar resistencias por adhesión.
  4. Cerrar con intención
    Le propusimos que para esta etapa inicial de cambio, sin forzar, intentara terminar algunas de las reuniones con una preguntas claras y poderosas, construimos varias y esta nos dio grandes resultados  "Sabemos que hay desafíos, pero también tenemos oportunidades. ¿Qué es lo que, como equipo, podemos hacer diferente a partir de hoy para adaptarnos mejor?" Transformó la energía de la sala de la incertidumbre a la acción.

El resultado: Nuestra líder no solo logró comunicar su mensaje, transformó una situación potencialmente caótica en un espacio de diálogo y acción consciente. Su equipo salía de las reuniones con claridad, dirección y una sensación de control compartido.

 

¿Qué tanto necesitas trabajar en la ConCiencia emocional?

La forma en que gestionas tus emociones en la comunicación es un reflejo directo de tu liderazgo y tu capacidad de generar impacto. No se trata de suprimir lo que sientes, sino de convertirlo en un recurso estratégico para influir, conectar y movilizar.

Daniel Goleman, nos invita a entender por qué "Las personas con una alta capacidad emocional no son aquellas que no sienten emociones intensas, sino aquellas que saben gestionarlas de manera efectiva." Y en la comunicación esto es fundamental: las palabras convencen, pero la emoción es lo que realmente queda grabado.

Si en los momentos de presión tus emociones toman el control de tu discurso, la conversación ya no es tuya, sino de la reacción impulsiva del instante. Pero si aprendes a leer lo que sientes y usarlo con intención, tu comunicación dejará de ser una respuesta automática para convertirse en una herramienta de transformación.

Te dejo una misión final: Reflexiona sobre una conversación difícil reciente. ¿Qué emoción predominó? ¿Cómo afectó tu mensaje? ¿Qué harías diferente ahora? Escríbelo, porque tomar conciencia es el primer paso para mejorar.

Cada conversación es una oportunidad para mejorar tu gestión emocional. No se trata de controlar lo que sientes, sino de usarlo con conocimiento para comunicar mejor. La próxima vez que te encuentres en una situación de presión, préstate atención antes de hablar.

Hoy tienes una herramienta poderosa: eres tú mismo. Aprende a usarla. Si esto resonó contigo, compártelo. No sabemos a quién podemos ayudar cuando abrimos esta conversación

Un abrazo 

 

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