Entre conversaciones y revoluciones

Oct 13, 2020

 

Seguro has vivido esa no tan grata experiencia de hacer una presentación, una exposición, una negociación o una sencilla conversación con poco éxito, de esas que cierra con arrepentimiento por decir o no decir, hacer o no hacer y que has rematado preguntando a alguien de confianza cómo lo hiciste para recibir a cambio un políticamente correcto pero no o honesto “no tranquilo/a lo hiciste bien”

Pero, ¿cómo hacer para que salga bien,  para que sea emocionante, claro, contundente y que conduzca a quienes reciben tu mensaje a la acción?  Lo que te compartiré a continuación te ayudará a dar potencia a tus conversaciones:

Primero es importante entender que son muy pocas las personas que sin preparar y ensayar mucho, son realmente capaces de hablar de manera auténtica, cien porciento natural y con fluidez. Normalmente hay equivocaciones, contradicciones, exceso de explicaciones como muestra de la mal llamada improvisación 

La solución a este dolor es sencilla, tomate el tiempo que sea necesario para llevar tus ideas al papel, esta acción te va a permitir:

  • Ponerlas en orden
  • Ver en perspectiva lo que tienes para decir
  • Depurar y afinar la información que vas a entregar para dejar la que es realmente necesaria
  • E indirectamente para ir memorizando tu ejercicio de comunicación
  • Y algo muy importante verificar que del objetivo o propósito de tu ejercicio de comunicación si se cumpla

Este primer paso como ves es una póliza, garantiza que eso que buscas sea visible para ti desde el inicio , que no te desvíes de tu ruta y aún más poderoso que seas quién tiene el control del resultado.

Ahora puedes poner un poco de sal y pimienta al proceso, y más que dejarte llevar por la moda de probar técnicas que resuenan como el storytelling, el visual thinking y otras que en realidad existen desde hace cientos de años, elige el camino de entregar a tu audiencia un gran regalo, no una simple información, algo que les cambie la vida o la forma en la que ven las cosas.

¿Qué tal si te digo que hay dos palabras que pueden transformar la monotonía en conexión? Te hablo de la tensión y de la expectativa, dos ingredientes que hacen que las personas nos entreguen lo más importante que tienen su atención por lo tanto su tiempo, estas dos palabritas nos ayudan al momento de entregar nuestra información, pruébalo con el ejemplo que pongo a continuación:

Lo acabas de ver esa sensación de no saber qué va a pasar a continuación es lo que nos tiene conectados a una serie, a una película o a un libro, ¿no crees que es espléndido llevar esto a tu comunicación? Inténtalo, revisa qué de todo lo que tienes para entregar puede generar este efecto y busca el lugar correcto en tu ejercicio para activarlo.

Avancemos con otros ingrediente y hablemos del ritmo y de la velocidad, de esa capacidad que puedes llegar a tener para acelerar o para frenar cuando estás comunicando, y acá te comparto un muy buen secreto y es que lo aburrido se debe entregar con velocidad y lo interesante con calma. Si lo tomamos como un dicho popular sería algo así como que el trago amargo pase rápido y que el bocado delicioso se pueda disfrutar al máximo. Es clave que sepas cómo hacerlo. En esta gráfica te doy algunos ejemplos del uso de este ingrediente:

Y aunque no es una regla es posible que este cálculo te sirva: la velocidad en el habla se calcula de acuerdo con el número de palabras que se dicen en un minuto, (wpm, words per minute)

  • Despacio: menor a 110 wpm
  • Conversacional: entre 120 wpm y 150 wpm.
  • Rápido : más de  160 wpm

Si por curiosidad quieres conocer tu velocidad toma tu guion y un metrónomo (Hay apps para la mayoría de los teléfonos inteligentes) y empieza a practicar, pero no con lectura simple, con entonación, pausas y toda la magia como lo harías si ya fuera el momento real. 

Pero más que una fórmula o una obsesión con tu número de palabras por minuto quiero que lo veas en uno de los escenarios en donde todo se puede medir para que lo sientas y analices:

Y puede que no sea nuestro tema favorito pero los componentes gramaticales también hacen la diferencia, estos pueden hacer que las personas se identifiquen con mayor o menor facilidad con lo que decimos, sólo piensa qué te ocurre cuando te hablan en primera persona, en segunda o en tercera, cambia la velocidad, la cercanía y sin duda la identificación, esto quiere decir que debes tener cuidado al momento de elegir desde qué punto de vista vas a contar tu idea. 

Usa las palabras a tu favor,  pero para hacerlo debes tener en cuenta qué es lo que ocurre cuando escuchamos el lóbulo temporal izquierdo de nuestro cerebro es el que las recibe para procesarlas, mientras que su melodía se dirige al lado derecho del cerebro, es algo maravilloso por que nuestro cerebro puede diferenciar los sonidos del lenguaje de cualquier otro sonido y enviarlo a la región indicada de nuestro cerebro para que le confiera significado. 

Si somos conscientes de esto sabremos cómo utilizar con sabiduría palabras positivas como paz y amor que desencadenan una cantidad de reacciones y también como incluir términos hostiles que tienen efectos contrarios por estar relacionados con la producción de las hormonas que nos protegen del estrés. No querrás enviar señales al cerebro de tu audiencia que enciendan alarmas hasta hacer que nuestra lógica y razonamiento dejen de funcionar parcialmente.  Si realmente buscas transformar la realidad de las personas, usar las palabras apropiadas puede ayudar, y mucho.  

El universo de posibilidades cuando desarrollas tus habilidades comunicativas es infinito, este recurso seguro te ayuda a ver todo lo que está por explorar y desafiar. Es el momento de obtener más herramientas para hacer de tu comunicación la clave de tu éxito, desafía tus ideas y capacidades apoyándote en mi ebook:

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