Hablemos de alquimia ... de la información

May 28, 2020

 

Por extraño o exótico que suene, tenemos en nuestras manos y al alcance de cada uno, la posibilidad de transformar mentes, corazones, comportamientos y realidades, y créanme, no es una postura romántica más, es una realidad 100% tangible que está directamente asociada a la capacidad comunicativa que cada quién haya desarrollado.

La historia nos ha demostrado que el mundo efectivamente puede modificarse gracias a una idea, pero para tener este poder, así como los alquimistas creían en la posibilidad de convertir el plomo en oro, la capacidad que deberíamos trabajar es la de transformar nuestro conocimiento en ideas relevantes, analizar el valor de cada cosa que decimos y la forma en la que lo hacemos, con el objetivo de cambiar el mal hábito de dar la comunicación por sentado y migrar de algo que hoy puede estar sub utilizado a un mecanismo para resonar y hacer de esta capacidad natural un arte.

Tenemos recursos y conocimientos suficientes para comunicar hechos, pensamientos o palabras, capaces de inspirar y movilizar a otros. Sabemos que hoy más que nunca llamar la atención y obtener a cambio un elemento absolutamente valioso como lo es el tiempo de los demás requiere creatividad e innovación para mostrar nuevas perspectivas y para despertar la curiosidad.

Pero ¿Qué tanto conocemos nuestras características comunicativas?

¿Qué tan acertados somos en su administración? Porque si bien es cierto que las herramientas y las bases las tenemos, también es una realidad el hecho de que su correcto uso depende de la honestidad y sensatez con la que nos aproximamos a ellas.

Con reconocimiento y validación profunda de los elementos con los que contamos, no sólo vamos a ser administradores eficientes, nos vamos a transformar en alquimistas de la información, vamos a dar pasos relevantes en nuestro proceso de #ConCienciadeComunicacion para no quedarnos con apreciaciones subjetivas de nuestros ejercicios como las que seguramente hemos recibido después de pedir retroalimentación a alguien que seguramente nos ha contestado algo como "me parece que lo hiciste bien, pero...". Definitivamente nuestra seguridad, confianza y el poder de las ideas no puede depender de unas bases débiles.

Finalizo mi conversación con una invitación a explorar uno de los componentes de esta capacidad de llevar nuestras ideas más allá de los límites, el principio propuesto por David Lewis, la lógica del conocimiento común. En diferentes experimentos que he realizado, comprobé que si lo sabemos explorar e implementar el impacto de la comunicación se volverá exponencial.

Y como no quiero correr el riesgo de desanimar el mejor camino para la apropiación de una herramienta poderosa como esta, no sólo la pongo sobre la mesa desde la teoría, también la comparto desde la mejor versión de su explicaciónuna a prueba de niñ@s  "El rompecabezas lógico de los ojos verdes".

¡La alquimia de la información en comunicación es un recurso al alcance de tod@s!

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